viernes, 16 de septiembre de 2016

El espejo

¡Hola, amigos!

Hoy os traigo un relato de terror muy breve, casi un microrrelato.

No sé si a vosotros os ha pasado alguna vez que, siendo niños, habéis ido en mitad de la noche a por un vaso de agua y os habéis detenido ante el típico espejo del recibidor... Los espejos en la oscuridad tienen algo fascinante que atrae y repele al mismo tiempo. Esa sensación he querido plasmarla aquí. Vosotros juzgaréis si lo he conseguido.

EL ESPEJO
Noemí Hernández Muñoz



Cuando mi hermana murió, doné la mayoría de sus pertenencias. Sólo me quedé con las fotos y su espejo. Antes de suicidarse me había dejado una nota: Destrúyelo.


Estaba dispuesta a hacerlo. Tenía el martillo preparado, pero mi reflejo me detuvo. Odiaba aquel espejo. Por su culpa, la anorexia de mi gemela había llegado al extremo y se había cortado las venas, incapaz de contemplarse. Pero no pude quebrarlo. Mostraba una imagen tan semejante a la suya que casi podía sentirla conmigo.  Decidí guardarlo. No estaba preparada para despedirme de Julia. Resultaba curioso, pero cuando me miraba en aquel espejo, la veía a ella. Eso no me había pasado antes y era especial.

Poco a poco, el espejo fue llenando mis pensamientos. Pasaban los días y la vida dejaba de importarme. Sólo existían el espejo y Julia. Solía despertarme en mitad de la noche, sentada ante él entre la oscuridad del pasillo, con la frente apoyada sobre su superficie helada.

Una noche de aquellas noches oí a Julia: «¡Destrúyelo!».

Al despertar, mi rostro estaba pegado al espejo. Me asusté y me aparté. Mi reflejo era extraño. Había lágrimas en el rostro que me devolvía la mirada, pero mis mejillas permanecían secas.

Entonces me di cuenta. ¡Julia estaba allí dentro! Fui a la cocina y tomé un cuchillo. Golpeé el espejo con saña, esperando oír su gemido de cristal. Pero sólo sentí dolor cuando el cuchillo me atravesó. Antes de desaparecer en él, sólo tuve fuerzas para escribir una palabra ensangrentada sobre su pulida superficie:

¡CUIDADO!


            Nadie ha hecho caso de mi advertencia. El interior del espejo es oscuro y sombrío. A veces Julia y yo nos asomamos al exterior. Tratamos de advertir a la nueva víctima de que se aparte y destruya el maleficio, pero nadie nos escucha.

Si os ha gustado el relato, ya sabéis que podéis descargarlo desde aquí.

¿Y a vosotros? ¿Os dan miedo los espejos en la noche?

10 comentarios:

  1. Los espejos siempre han cargado con leyendas siniestras que han llegado a nuestros días como eso, leyendas... Pero eso de que algunas culturas aún tengan un determinado trato con los espejos, como mínimo, te sigue poniendo la piel de gallina!
    Muy buen relato, amiga, sigue así!
    Un besote!

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    1. Gracias por comentar, Ana. Sí que es cierto que los espejos tienen algunas leyendas negras, como que si rompes uno, tienes siete años de mala suerte, ja, ja, ja.
      ¡Un abrazote!

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  2. Buen relato especular. Los espejos te reflejan, parecen atrapar tu imagen en un mundo invertido. Muy bien aprovechado el objeto para desarrollar el suspense. ¡AH! Y buen dibujo...

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    1. ¿Verdad que pasa eso? Me alegro no ser yo la única que piensa que los espejos te atrapan, ja, ja, ja. Gracias por el comentario. ¡Saludos!

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  3. Los espejos dan bastante juego en los relatos de terror y asesinaros, ha sido un microcuento de terror bastante bueno
    Me quedo por tu blog
    Besos
    Nos leemos

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  4. ¡Bienvenida, Cova! Me alegro de que te haya gustado el micro y hayas tenido la amabilidad de comentar. Y también me alegro de no ser la única que piensa que los espejos dan mucho juego en las obras de terror. Creo que se debe aprovechar ese potencial. ¡Besos!

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  5. Sin duda has logrado captar un ambiente invadido por el suspense y la nocturnidad. A veces no importa la longitud del relato, ya ves, con este pequeño fragmento has conseguido sorprendernos ¡Prometo que no me esperaba el final!
    Ha sido estupendo leerlo y, por su puesto, encontrar este blog :)
    Un beso

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  6. ¡Bienvenida, Beatrice, y gracias por comentar! Me alegro de que te haya gustado el relato y, sobre todo, que hayas sentido ese ambiente de suspense y misterio que pretendía crear. Tus comentarios me animan mucho para seguir con el blog. ¡Un abrazo!

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  7. En un pueblo de León hay una casa que yo visito en verano. Una de esas casonas antiguas (como las de las pelis de terror), con habitaciones enormes y cortinones de terciopelo rojo separando las camas del vestidor (habitaciones italianas que llaman)y... está llena de espejos. En los pasillos, los armarios, los paragüeros, los palanganeros... ufff. Cuando caminas por la casa de noche, crujiendo el piso de madera, y pasas delante de uno de ellos, te aseguro que se te pone la piel de gallina. El espejo es un elemento que ha dado muy buenos momentos en las películas del género, como te dicen en otro comentario, y tú lo has captado a la perfección en tu relato. Una trama muy sugerente y un final inquietante con esa narración en primera persona desde... el otro lado del espejo. Enhorabuena Noemí.
    El dibujo, que, por lo que sé, deduzco que es de tu autoría, refleja muy bien el relato, con ese lápiz más blando para la grieta y ese aire picassiano del rostro, quebrado por la rotura (no sé si habrás hecho adrede los ojos asimétricos, pero le ha dado el toque perfecto, je, je)
    Un abrazo

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    1. ¡Gracias por comentar, Isidoro! ¡Qué miedo debe dar esa casa! Da escalofríos sólo pensar en ella, ja, ja, ja.
      Sí, como me habéis comentado varias personas, el espejo es un elemento excelente para las pelis y las obras de terror. Me gusta mucho que lo usen los autores.
      Y el dibujo, por supuesto, es de mi autoría. Lo hice muy rápido porque no quería dejaros sin la publicación semanal el viernes pasado. Por eso me salieron los ojos tan asimétricos, en realidad. No fue intencionado, pero a partir de ahora diré que sí para darle ese aire picassiano, como dices, ja, ja, ja.
      Un fortísimo abrazo, amigo de letras

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