viernes, 30 de septiembre de 2016

Olor a cobre


¡Hola a todos!

Esta semana apenas he tenido tiempo para hacer un dibujo en condiciones, así que os ruego, por favor, que me disculpéis por la ilustración que acompaña a este relato. La he hecho deprisa y corriendo en diez minutos y sé que vosotros esperáis más calidad en un blog. Reitero lo dicho: ¡lo siento!

Dicho esto, os advierto que el siguiente microrrelato (lo he etiquetado en "terror") no es para corazones sensibles. De hecho, trata un tema muy desagradable y doloroso en nuestra sociedad.
Para los que os atreváis a seguir leyendo, os lo agradezco mucho, pues haber escrito este relato ha sido para mí una forma de manifestarme en contra de este tipo de situaciones.

Y, sin más, os dejo con el microrelato:



OLOR A COBRE
Noemí Hernández Muñoz




Cuando lo maté, no lo entendí muy bien. Quiero decir que no supe cómo había ocurrido. Sólo veía el cuchillo sobresaliendo de su cuerpo y las baldosas blancas de la cocina salpicadas de rojo. Recuerdo el olor a cobre y que me miré las manos sin poder creer que estuvieran empapadas de sangre. Y allí estaba él… 


Los ojos se le habían quedado abiertos, fijos en mí. Las náuseas me empujaron a tomar de nuevo el cuchillo y sacárselos. Entonces me molestaron sus manos. Siempre me habían asqueado. Se las corté. Luego clavé el cuchillo en sus genitales, pero sin quitarle los pantalones. Era demasiado repugnante. Y, finalmente, le rajé los labios y le corté la cabeza. Eso fue lo que más costó. El hueso no cedía y casi rompí el cuchillo. 

*** 

Pero cuando me he despertado nada de eso había pasado. Sólo persistía el olor a cobre. Me estaba desangrando tirada en el suelo. Me ha violado y se ha ido. Él ha vuelto a ganar. Y yo ya no puedo soportarlo más: me he abierto las venas.




Muchas gracias a todos los que os habéis atrevido a leer. Significa mucho para mí que lo hayáis hecho y os hayáis unido a mi protesta en contra de la violencia (en todos los sentidos del término) contra las mujeres.
Si os ha gustado el relato, ya sabéis que lo podéis descargar aquí.

Un saludo para todos.

4 comentarios:

  1. Sí, me he atrevido a seguir leyendo porque confío totalmente en tu forma de escribir. Sabía que podrías tratar un tema sensible y que lo harías de forma directa. Pero aún así, también sabía que lo harías con la sutileza suficiente para no perder la belleza literaria, y así ha sido.

    Siempre hay alguna palabra, frase o imagen que hace que instantáneamente me impregne del texto, esta vez ha sido "olor a cobre", si hay algo que realmente me ha sumergido de lleno en esa desgarradora situación ha sido el imaginarme ese ambiente enrarecido cargado de cobre.
    Eso ha sido lo que le ha dado el toque "sangriento", pero como ya te dije antes, lo hiciste de una manera bastante sutil, enhorabuena.
    Totalmente impresionada.
    Un saludo

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  2. Muchas gracias por comentar, Beatrice. Me alegra de que te haya gustado este microrelato, sobre todo teniendo en cuenta la crudeza con la que he abordado el tema. Tenía mis dudas sobre si este micro llegaría a gustar o la gente podría entenderlo, de ahí la advertencia preliminar.
    Tú me has sacado de dudas, así que doblemente, te doy las gracias.
    Un abrazo.
    P. D. Elegí ese título precisamente porque me pareció sutil y más interesante que otro que fuera más directo.

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  3. Duro, sí, pero a veces hay que ser contundente para tocar la fibra sensible. Me ha gustado mucho ese giro, desde el sueño sangriento, que realmente se presenta como demasiado brutal para ser real, a la cruda realidad, que se presenta sencillamente en todo el dramatismo de su realidad. Ese giro del asesinato al suicidio es buenísimo, pues crea ese efecto que quieres conseguir, cuando el único recurso para salir de una situación de violencia como ésa, es la autoeliminación. Estoy de acuerdo con Beatrice: contundente y sutil. Enhorabuena. Yo también me uno a ese grito contra la violencia, de género o de cualquier otro tipo.
    Un abrazo

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    1. Muchas gracias por comentar, Isidoro. Empezaba a echarte de menos por aquí. Me alegro de que te haya gustado el relato a pesar de lo sangriento. Un abrazo

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